jueves, 19 de noviembre de 2015

Independencia

Ignacio Aldama 1811
Ignacio de Aldama y González, caudillo insurgente, originario de San Miguel el Grande –actualmente San Miguel de Allende– Guanajuato, realizó sus estudios como abogado en la ciudad de México. Sin embargo, abandonó su carrera para dedicarse al comercio de granos.

Incursionó en el movimiento insurgente tras el Grito de Dolores, ya que por su hermano Juan, quien fue capitán del Regimiento de la Reina, conoció el plan de conspiración, y decidió apoyarlo.

Aunque por ese motivo el Colegio de Abogados de México lo expulsó, Aldama, desde su cargo como jefe militar y municipal de San Miguel el Grande, abasteció de víveres al ejército y con ello ayudó a propagar la insurgencia.

Junto con su familia se incorporó a las tropas de Miguel Hidalgo dos días antes de la batalla de Aculco, entonces San Miguel cayó en manos de los realistas. Marchó con Allende a Guanajuato y a Guadalajara, donde colaboró en El Despertador Americano, periódico editado en 1810 y 1811 por Francisco Severo Maldonado y José Ángel de la Sierra, y contribuyó en la planeación del gobierno independiente.

Fue nombrado embajador ante los Estado Unidos de América, el 6 de febrero de 1811 en Saltillo, Coahuila, con el fin de obtener apoyo y armamento para la guerra. Rumbo a la frontera del norte fue aprehendido.

Murió en el paredón el 20 de junio de 1811. Mientras era juzgado, escribió un manifiesto lleno de resignación y humildad, en el que pidió perdón a aquellos a quienes les hubiese causado algún daño.

Diccionario Porrúa. Historia, Biografía y Geografía de México, tomo I, México, Porrúa, 1995.

Temblores de la guerra

Como cualquier espacio territorial del mundo, México ha sido escenario de grandes desastres naturales: sequías, inundaciones, erupciones volcánicas y terremotos, entre otras calamidades.

Los mexicas conocían la existencia de los temblores volcánicos y tectónicos según lo refieren códices como el Aubin y el Telleriano. En la época colonial, Francisco Javier Clavijero y fray Bernardino de Sahagún reportaron con detalle los efectos de varios sismos importantes en el país.

A fines del siglo XVIII una forma curiosa de medir estos fenómenos podía ser el rezo, tal como lo consignó en su edición del 5 de abril de 1768 la Gaceta de México al reseñar: "El terremoto de ayer al amanecer el día, tuvo una intensidad de credo y medio".

Entre la documentación resguardada en el AGN hay referencia de dos sismos ocurridos en la primera década del siglo XIX, justamente previo al inicio del Grito de Dolores y durante la lucha independentista. En un informe dirigido al virrey por el gobernador de la provincia de Baja California, Felipe de Goicoechea, éste alude al sismo ocurrido el 27 de agosto de 1810 y a sus continuas réplicas que causaron daños graves, ya que destruyeron los edificios principales y provocaron amplias y numerosas grietas en el suelo; debido a que muchas zonas quedaron inhabitables; se pedía autorización para que los damnificados pudieran trasladarse a otras localidades.

El otro documento es un oficio donde se informa que el rey fue enterado de los daños causados por los temblores ocurridos en la ciudad de México, Veracruz, Oaxaca y pueblos aledaños los días 9 y 12 de marzo de 1819.

Mapa de la Provincia de Baja California
AGN, Centro de Información Gráfica, núm. de folio 0091.

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